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domingo, 23 de octubre de 2011

No le digas a nadie

Dos chicas eran las mejores amigas y compañeras de clase. Estaban un día en la escuela más temprano de lo usual, y una de ellas tenía que ir al baño. La chica tenía miedo de ir sola ya que la escuela se encontraba vacía, así que su amiga aceptó acompañarla
Cuando entró, todas las puertas de los cubículos estaban cerradas, a excepción de la última que se abrió por su cuenta.
La chica no le prestó atención y entró al cubículo a hacer lo suyo. Una vez dentro, la chica sintió una corriente de aire por encima de su cabeza, miró hacia las ventanas y observó que éstas estaban cerradas.
Como la corriente de aire seguía, la chica volvió a mirar hacia arriba y vio a alguien tratando de agarrarle la cabeza. Estaba tan asustada que salió corriendo del baño, no sin antes escuchar al espectro que no le dijera a nadie lo que había visto, de lo contrario, la mataría.
La chica estaba tan asustada por lo que había pasado que no podía estudiar y sus notas se vieron afectadas. No le decía a nadie qué era lo que pasaba y temía estar sola en cualquier lugar.
Sus padres se preocuparon porque ni los doctores, maestros o amigos podían ayudarla.
Los padres llamaron a su mejor amiga y le invitaron a ir a su casa, para ver si ella podía averiguar lo que había pasado. La chica y su amiga empezaron a conversar en su habitación y finalmente, entre lágrimas, le contó todo lo que le había pasado.
Cuando levantó la mirada, su amiga tenía una macabra sonrisa en su rostro y le dijo: "Creí haberte dicho que no le contaras a nadie"

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