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sábado, 3 de marzo de 2012

Los maníacos de Dnepropetrovsk

Los maníacos de Dnepropetrovsk es el nombre autoimpuesto por tres chicos de la ciudad homónima de Ucrania. Se trata de Viktor Sayenko e Igor Suprunyuck, y de un colaborador llamado Alexander Hanzha, los tres de 19 años.

Sayenko y Hanzha eran amigos de la infancia y eran buenos estudiantes, chicos normales, hasta que siendo adolescentes, Suprunyuck llegó a la ciudad, éste era un chico problemático, pero pronto entablaron relación, y comenzaron a cometer pequeñas fechorías como apedrear trenes y pequeños robos.

Hanzha tenía aversión por la sangre, de hecho, temía bañar a su gatito por temor a escaldarlo, así que Suprunyuck les propuso superar su miedo torturando perros abandonados, a los cuales abrían en canal y colgaban, de esta época existen fotografías en las que Suprunyuck posa con simbología nazi, realizando el saludo fascista y con un bigote hitleriano pintado con sangre de un perro agonizante. Él había nacido el mismo día que Hitler, hecho que recordaba constantemente y que acentuaba su afición por el nazismo. Además existe otro video de la época en el que torturan un gatito, clavándolo en una cruz y amordazándolo.

Ya en 2007, con 19 años, comienza la espiral de sangre y muerte en Dnepropetrovsk, en 15 días del verano de 2007, Sayenko y Suprunyuck torturaron y asesinaron a 21 personas en las afueras de su ciudad, Hanzha no participó en los crímenes directamente, pero si como encubridor.

Las víctimas eran escogidas al azar, ya que existe un gran rango de edad y se trataban tanto de hombres como de mujeres, los asesinos asaltaban a las víctimas en caminos de zonas boscosas, y tras apalearlos y torturarlos, los mataban golpeandoles la cabeza con un mazo, todas las víctimas eran brutalmente desfiguradas.

La ferocidad y rapidez con la que realizaban los crímenes por la zona puso en jaque a los investigadores ucranianos, que rápidamente se pusieron manos a la obra. Algunos testigos de los asaltos, así como vagos retratos robot realizados por algunas víctimas que lograron sobrevivir estrecharon el cerco, y aún más cuando se descubrieron en internet videos de dos chicos jóventes torturando a personas a cara descubierta. El detonante de la detención fue cuando Suprunyuck intentó vender un móvil robado a una víctima, siendo rápidamente localizado por la policía.

Tras dos años de prisión preventiva, se celebró el juicio a principios de 2009, Sayenko y Suprunyuck fueron condenados a cadena perpetua por los delitos de asesinato, tortura, robo a mano armada y maltrato animal. Hanza sólo fue condenado a 9 años de prisión por los delitos de robo a mano armada y maltrato animal.

Según el testimonio de los tres, los asesinatos fueron realizados por encargo, aunque no se terminó de especificar si fue una web la que les encargó los videos o un millonario excéntrico que les pagó una gran suma.


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