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sábado, 3 de marzo de 2012

El Escafismo

El Escafismo o tortura de la artesa fue un suplicio utilizado por los persas que consistía en meter a la víctima en un cajón de madera con cinco agujeros por los cuales ésta sacaba la cabeza y sus cuatro extremidades. En esta postura se le obligaba a comer y beber para que no muriera deshidratado o de inanición. Para beber se le daba miel disuelta con leche, con la que también se le embadurnaba la cara. Esta situación provocaba en el cuerpo del sentenciado un doble proceso de agusanamiento. El primero era provocado por los huevos que depositaban moscas y otros insectos en su rostro. El segundo era provocado por las heces que el condenado iba depositando en el interior de la artesa. Estas larvas y gusanos devoraban lentamente las entrañas del reo hasta su muerte. El suplicio podía durar hasta 15 días.

Este suplicio también se ejecutaba metiendo al sentenciado dentro del vientre de un caballo u otro animal corpulento y dejando fuera las cinco partes del cuerpo mencionadas. De este modo, el procesado quedaba entregado a los horrores de una doble putrefacción, la del animal en cuestión y la suya propia.


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