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lunes, 24 de octubre de 2011

Mel Gibson y el hombre sin rostro

En algunos foros cinéfilos se contaba que la película de Mel Gibson, El hombre sin rostro, está basada en la vida de un guapo muchacho neoyorquino cuyos padres se mudaron a Australia. Un día, cuando volvía a casa, unos matones con intención de robarle le dieron una tremenda paliza desfigurando su rostro completamente. El joven, cuyo sueño era trabajar como trapecista en el circo, tras un año en el hospital recuperándose de las heridas, intentó cumplir su sueño pero tan solo encontró lugar en el espectáculo de las monstruosidades. Acudió a la iglesia en busca de consuelo y allí un sacerdote se apiadó de él y costeó todas las operaciones de cirugía plástica hasta que el chaval volvió a tener el rostro apuesto que tenía antes del ataque. Gracias al sacerdote, el chaval se convirtió también en un cristiano ejemplar.
El rumor cuenta que ese chaval no fue ni más ni menos que el propio Mel Gibson, director y protagonista de El hombre sin rostro, que rodaría la película a modo autobiográfico.

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