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lunes, 24 de octubre de 2011

El coche maldito de James Dean

James Dean se mató cuando su Porsche Spyder chocó contra otro vehículo. Un vendedor de segunda mano compró el coche destrozado y, con la excusa de apoyar las campañas de prudencia al volante, lo expuso al público. Cobraba veinticinco dólares por echarle un vistazo. Llegó un momento en que el interés por aquel montón de chatarra decayó, así que fue vendido a otro tipo que pensaba venderlo por partes. Cuando el automóvil era trasladado al nuevo garaje, se soltó de los amarres del camión de transporte y partió las dos piernas a su nuevo dueño. Esto no le hizo cambiar de idea y vendió el motor a un médico, que lo instaló en su coche  y se estrelló y murió en el primer viaje. Otro médico compró la transmisión y también sufrió un accidente en el que resultó herido de gravedad.
Comenzaba a rumorearse que el coche de Dean estaba embrujado, posiblemente por el espíritu del joven actor, y esos rumores aumentaron cuando un vecino de Nueva York compró dos de las ruedas, que reventaron a la vez de forma misteriosa. Sobrevivió al accidente, al contrario que el camionero que transportaba la maltrecha carrocería del Spyder a una convención sobre seguridad vial. Cuando, al poco, la carrocería desapareció del lugar del siniestro, muchos dieron por seguro que el coche estaba es éste no embrujado, aunque muchos declaraban que no podía ser el fantasma de Dean el responsable, pues éste no había muerto en la colisión, sino que había quedado tan terriblemente desfigurado que se había retirado de la vista del público…

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